Cuatro semanas antes del Año Nuevo: tiempo suficiente para trabajar en ti mismo. Cualquier problema deportivo comienza con la salud, y durante este período perderás 20 kilogramos. Al mismo tiempo, si te olvidas de las excusas y trabajas duro, podrás sentirte cómodo con el mismo vestido o abrocharte fácilmente un botón que vuela traicioneramente en tus pantalones.
Puedes tomar las recomendaciones como un castigo, o creer en ti mismo y entender: no hay nada complicado. Durante solo cuatro semanas, nos olvidamos de la genética, la herencia, los huesos anchos y la apatía. No te preocupes: en enero te contamos cómo rehabilitarte y ponerte en forma tras las mesas repletas de platos de Nochevieja.
Comienza a comer
Ha escuchado sobre los peligros de una dieta baja en carbohidratos, las averías, las comisiones ilícitas, decenas de veces, pero puede pensar: en su caso, funcionará. Créame, no. El cuerpo es más inteligente y seguirá pasando factura: piense si vale la pena. Durante varios días se sentará sobre manzanas y kéfir, pero tan pronto como el cuerpo dé una señal, comenzará a comer sin parar. Peor aún, rompe el equilibrio hormonal, que no se puede corregir solo con la dieta y el deporte.
Coma con más frecuencia, pero no azúcar, panecillos, dulces ni vino. Entrénate para desayunar si aún no lo has hecho. Gachas de avena con deliciosa leche, tostadas con aguacate, requesón o pescado, granola. Para el almuerzo: pollo, pavo, pescado o una guarnición con ensalada. Cena: proteína y fibra, que debe ser imprescindible en el refrigerador.
Las verduras y las ensaladas son esenciales para una digestión y una pérdida de peso saludables y eficaces. La fibra es un alimento para la microflora intestinal saludable. Es ella quien previene la aparición del hambre, limita la sobrealimentación.
Lleva contigo snacks en caso de hambre: manzanas, verduras picadas, frutos secos, barritas proteicas o barritas ecológicas. Esto evitará que vayas a la tienda con hambre a comprar una barra de chocolate o un bollo de 700 calorías.
Y lo más importante: aumente la cantidad de agua consumida a dos litros o más, si se siente cómodo.
Normalizar el sueño
El sueño correcto y de alta calidad le da vigor y fuerza, el cuerpo se siente "seguro" y usted se siente descansado. Esto ayuda al metabolismo y evita que el exceso de depósitos se deposite en los lados.
Debe irse a la cama antes de la medianoche, preferiblemente antes. La melatonina, una hormona responsable del sueño, hace maravillas para el cuerpo y el exceso de peso. Además, durante el sueño, los órganos y procesos internos continúan funcionando, durante los cuales la grasa se destruye para almacenar energía.
Moverse
Lo único que funciona con la pérdida de peso es un déficit de calorías, que consume menos de lo que gasta. Establezca metas y regule su ritmo. Camine una hora después del desayuno y una hora antes de acostarse, sustituya el transporte por caminar siempre que sea posible.
Haga ejercicio en casa, pruebe el yoga o los estiramientos, salga de la oficina para tomar un café, regístrese por un mes en el gimnasio. Sí, ya está oscuro afuera durante el día, y es difícil obligarse a hacer el desayuno, y mucho menos imaginarse subiéndose a una cinta de correr. Por tanto, aquí se incluye tu motivación y el tema de las prioridades: dejar todo como está, incluida la apariencia anterior, o superar la pereza y empezar con cualquier actividad. Ponte a prueba para tener más movimiento de lo habitual.
Si todavía tiene fuerzas y ganas, regístrese para un masaje, vaya a la casa de baños, trabaje en su postura o en su rostro.